[ 03 - 08 - 2025 ] IKARIA
[ 03 - 08 - 2025 ] IKARIA
Hace unos días terminamos las funciones de la ópera IKARIA en el teatro del Liceu en Barcelona, en la que fui director musical. La partitura, de unos treinta minutos de duración y escrita por Ariadna Alsina, contiene música meticulosa, de bellos contornos melódicos, dotada de una genuina poesía del timbre tanto en lo instrumental como en lo vocal y tras la cual se aprecia un uso transformador de la métrica que, casi pictórica, perfilaba los tres roles, filtrando las voces a través de ella y ligando íntimamente la narración con el tiempo musical. Acompañando todo ello Ariadna elaboró una música electrónica que elevó el efecto de la pieza, ocupando un espacio en el que convivía en armonía con todos los otros elementos y a los que sólo les ayudaba a brillar más, como un juego en el que la esencia del sonido se emancipara y viajara por la sala, fuera de los músicos y de los cantantes, con vida propia, casi improvisando.
Para la escena, tuve la suerte de conocer y aprender del trabajo de la actriz y directora Berta Prieto. El teatro tiene algo tan visceral, tan palpable… es como que, con la música, el aire se llena de esos sonidos, demasiado nuestros, que son ilusiones, musas, deseos, y sueños, y tantas veces la música está en las nubes sin bajar a la tierra que desorienta y marea. Cuando un actor llena una sala, el aire se vuelve denso, intenso, se le siente de lejos, y ese sentir es como una sobredosis, es eléctrico, pétreo. A si que me encanta cuando se combinan ambas cosas en la ópera.
El trabajo de Berta hizo brillar a todo el mundo. Trabajó un libreto de Anna Pazos que era como de telenovela, pero apocalíptico, y con un pastor youtuber en una isla griega, sucia y accidentada (a veces nos tropezábamos en ella). Los decorados, los trajes y la caracterización te chillaban, como calcetines amarillos bajo sandalias en pie de guiri. Y entre tanto galimatías, Natalia, Julia y Max se transformaban en altavoces de nuestro presente y de todas sus m**rd*s. A través del realismo, la obra ensalzó nuestra generación y enseñó su identidad. IKARIA es el último chiste en un mundo en llamas. Pero el chiste está bien tirado.
El equipo detrás de todo esto es grande y podría seguir escribiendo sobre todos durante muchos días. Es mi tercera producción de ópera y me fascina como cada vez confluyen los esfuerzos artísticos de tantas personas diferentes. No conozco un medio igual.
Compartí las semanas con estos geniales colegas:
Dirección de escena: Berta Prieto
Composición: Ariadna Alsina
Libreto: Anna Pazos
Correpetición musical: Alvaro Abadías
Helena (soprano): Natàlia Sánchez
Aurora (mezzosoprano): Julia Portela
Stavros (actor): Max Grosse
Piano: Álvaro Abadías
Violonchelo: Candela Puigbó
Arpa: Nives Racki
Ingeniero de sonido: Anxe Faraldo
Asistente dirección de escena: Juli Aymí
Diseño de escenografía y audiovisuales: Camila Serrano, Mariam Weshahy, Bianca Giacomini, Tom Toldi, Carlos Solines.
Vestuario: Sara Huguet y Miriam Abadías.
Videasta: Victor Diago
Diseño de iluminación: Sergi Cerdan
Caracterización: Laura Marín, Claudia Casanovas y Alexa Rivera
Colaboradores: Escenografía Moia, Mane, Alfons Flores
Todas las fotos fueron realizadas por Sergi Panizo